Venkataraman Ayyar nació el 29 de Diciembre de 1879, en la aldea de Tiruchuji, del distrito de Ramanad, estado de Tamil Nadu, en la India. Cuando tenía 12 años murió su padre, jurista de profesión; la familia se disolvió y él quedó al cuidado de un tío, radicándose en Madura hasta los 17 años, donde compartió juegos y estudios con sus compañeros de esa localidad. Allí estudió en la Scott's Middle School y en la American Mission High School, mientras leía asiduamente libros religiosos. Nada lo distinguía de sus compañeros excepto un sueño tan profundo que no había gritos, estruendos, golpes o traslados de su cuerpo que pudieran despertarlo. Pero, a esa edad, una experiencia interna lo transformó para siempre: estaba perfectamente sano y, repentinamente, tuvo una vívida y aterradora sensación de muerte (y es aquí es donde empiezo a notar algunas fantásticas similitudes con las experiencias de Sri Nisargadatta Maharaj, ya que a éste último le ocurrió lo mismo. Fue en ese momento que tomó plena consciencia de su verdadera naturaleza eterna e independiente de su cuerpo, mente y personalidad. Según sus propias palabras: "El terrible impacto del miedo a la muerte hizo que mi mente se dirigiera hacia adentro, y me dije '¿Qué significa? ¿Qué es lo que muere?'". Muchas personas han relatado visiones parecidas, pero, en la mayoria de los casos, estas son transitorias y se logran después de largas y esforzadas prácticas (leáse meditación). En cambio, en el caso de Venkataraman, la "realización del Yo", o sea, la experiencia directa de que nada existe fuera de la consciencia universal e indivisible, no sólo fue espontánea, sino también permanente e irreversible por el resto de su vida. Nunca volvió a tener la idea de ser una persona individual. El 29 de Agosto de 1896, Venkataraman tomó algunas rupias (moneda de la India) y abandonó su casa para dirigirse a Tiruvannamalai y asentarse a los pies de Arunachala, una montaña sagrada ubicada a 200 kilómetros al sudoeste de Madrás. Las investigaciones geológicas han confirmado que es una de las montañas más antiguas de la Tierra. Según la creencia india, el dios Shiva permanece en la tierra en la forma de Arunachala. Esa montaña siempre había ejercido una misteriosa fascinación sobre el joven. Durante diez años vivió en templos y cuevas de la zona, sumido en disciplinas de silencio y desapego, para lograr la purificación espiritual. Su estado de consciencia empezó a irradiarse, atrayendo cada día a más discípulos a su alrededor. Aunque él nunca aceptó veneración o trato especial alguno, sus primeros seguidores le dieron el nombre con el que se lo conocería en el mundo entero: Bhagavan Sri Ramana Maharshi (Bhagavan significa "Señor o Dios", Sri es un título honorífico en la India, Ramana es una contracción de su nombre Venkataraman, y Maharshi o Maha Rishi significa "gran sabio" o "gran vidente" en sánscrito). En 1922 los discípulos de Ramana construyeron un ashram, templo y centro comunitario al que afluían miles de visitantes de toda India y el mundo entero. El Bhagavan estaba a disposición de ellos las 24 horas del día, ya que vivía y dormía en sala de reunión y compartía a su vez las comidas que durante años preparó personalmente. Trataba a todos -altos dignatarios, parias, animales- con el mismo amor, respeto y total humildad. Cuentan que a unos ladrones que entraron a robar al ashram y lo golpearon brutalmente, él les sirvió alimentos y los despidió con amabilidad. Y hasta los animales parecían percibir su estado de consciencia más elevado: las fieras y las serpientes se acercaban a él sin hacerle daño alguno. Ramana Maharshi pasó medio siglo brindando ayuda espiritual a las almas en conflicto. Se considera que no fue un filósofo ni un brahmin (casta hindú similar a un sacerdote) instruido. No pretendía elaborar una doctrina, ni transmitir un dogma. Su enseñanza fluía espontánea y amorosamente desde lo más hondo de su corazón. Presentaba una religión del espíritu que permitiera la liberación total de dogmas, supersticiones y ritos. Fue muy poco lo que escribió, y fue siempre en respuesta a una pregunta concreta de un discípulo. También sus respuestas orales -no existen grabaciones sonoras de estas, sólo anotaciones "vocacionales" de diversos asistentes al ashram- solían ser escuetas: no pronunciaba más que unas pocas palabras por día. Sin embargo, muchos han dado testimonio de que sus "enseñanzas silenciosas" eran su respuesta más directa y potente: en total silencio y quietud, Ramana Maharshi, emitía un poder que, automáticamente, aquietaba las mentes de quienes lo rodeaban. Las personas que pudieron recibir esta influencia la describieron como un estado de paz y bienestar inconmensurables. La meta de toda búsqueda espiritual radica, según Ramana Maharshi, en lograr el estado que él obtuvo espontáneamente de joven: "la realización del Yo". (A ese "Yo" superior que es el Ser Verdadero y Eterno, él también le aplicaba los términos de Corazón, Dios o Gurú, diferenciándolo del "yo" inferior o ego). Para la mayoría de sus seguidores, ese estado anhelado resultaba prácticamente inasible. Él intentaba dar a cada uno la ayuda acorde a su grado de evolución espiritual. El camino más directo que Ramana Maharshi propuso para alcanzar esta meta es la autoindagación, centrada en la pregunta: "¿Quién soy yo?" (sorprendentemente, o no, esta es la misma pregunta sobre la que tambien machacaba Sri Nisargadatta Maharaj). Esta práctica va eliminando todos los impulsos de la mente hasta llegar a la Verdad Última de toda existencia. La consciencia permanente de ésta es laliberación que brinda paz y felicidad plenas. Aunque la autorealización libera de las ataduras del cuerpo y del mundo, el Maharshi no creía que hubiera contradicción entre el Ser Verdadero y la acción. No recomendaba abandonar la vida activa para dedicarse a la meditación. La persona liberada tiene que poder transitar por el mundo como un actor que desempeña un papel en el escenario de la vida, sin perder la consciencia de que él, en realidad no es ese "personaje". En tal sentido, lo que el Bhagavan hizo no fue tanto restaurar el viejo sendero hindú de búsqueda espiritual, sino crear uno nuevo, adaptado a las condiciones de vida modernas, un sendero que puede seguirse tanto en el bosque o la ermita, como en medio de la ciudad, el trabajo y la familia. Ramana Maharshi enfermó de cáncer y murió el 14 de Abril de 1950, sentado en posición de loto y pronunciando la sílaba sagrada OM.
Conversaciones con Ramana Maharsi I
Conversaciones con Ramana Maharsi II
Conversaciones con Ramana Maharsi III
Estas "Conversaciones" no consisten simplemente en responder a las preguntas de sus visitantes. A menudo, Ramana Maharshi se mantiene detrás de las palabras que constituyen la pregunta y corrige a quien la formula a fin de no dejar al interlocutor en el lugar en el que estaba. Las preguntas no sólo son respondidas, sino también socavadas.
La enseñanza central de Sri Ramana es la indagación del Sí mismo (o autoindagación). En vez de querer saber esto o aquello, uno debe buscar conocer al Sí mismo. Uno ha de averiguar: "¿quién soy yo?" en vez de preguntar sobre cientos de otras cosas. La indagación del Sí mismo debería ser la más fácil de todas las tareas. Pero parece ser la más difícil porque hemos devenido extraños para nuestro Sí mismo. Lo que uno tiene que hacer es simple: permanecer como en Sí mismo. Ésta es la Verdad última. Éste es el estado inherente, natural y eterno de uno. Debido a la ignorancia, nosotros nos identificamos con el ego. Busquemos la raíz del ego.
5 Himnos de Ramana Maharsi
Los Cinco Himnos a Arunachala son los primeros poemas que compuso el Maharshi a excepción de algunos versos cortos. Fueron escritos hacia 1914.
“La Guirnalda Marital de Letras” el primero y el más importante de sus himnos a Arunachala, surgió en respuesta a las oraciones de sus devotos-sadhu que le pedían unos nuevos himnos que fueran inconfundibles para que ellos pudieran cantarlos mientras iban en busca de limosna. Generalmente, cuando los devotos del Maharshi iban cantando por ahí canciones conocidas, las gentes de la ciudad sabían que la comida sería para el Maharshi; y daban grandes cantidades de alimentos, a diferencia de otros grupos de sadhus que solo recibían pequeñas cantidades. Sabiendo esto, algunos hombres sin escrúpulos comenzaron a hacerse pasar por miembros del grupo de Ramana y recogían así la comida destinada para ellos. Para superar esta dificultad, se hizo sentir la necesidad de tener un himno propio. Al principio, el Maharshi compuso unas líneas con el estribillo “Arunachala” y se detuvo. Sus devotos estuvieron esperaron nuevas líneas pero nada más surgió. Un día, el Maharshi se fue solo a dar la vuelta a la Montaña. Ese día se terminó de componer el resto del himno, “La Guirnalda Marital de Letras” (“Akshara Mana Malai”). El mismo nombre de la canción revela su significado; la novia es el alma individual y el novio es el Señor Arunachala. Aquellos que cantan o incluso que escuchan este himno se sienten inundados de alegría. El Maharshi remarcó una vez jocosamente que este himno nos alimentó durante muchos años.
Las “Once Estrofas” y las “Ocho Estrofas” vinieron después. Un día estas palabras en tamil “Karunai-yaal Ennai Aanda Nee” cuyo significado es “Tu que me reclamaste con compasión” comenzaron a resonar con frecuencia en el Corazón del Maharshi. Trató de ignorarlas en innumerables ocasiones, pero sin resultado alguno. Una y otra vez las palabras persistían, hasta que por fin cedió y las escribió. Después de escribir las primeras palabras, la corriente comenzó a fluir, y ambas estrofas vinieron a la existencia. Si las “Once Estrofas” es un llamamiento a la Gracia Divina, las “Ocho Estrofas” explica en su totalidad el significado de Arunachala como Existencia-Consciencia-Felicidad.
El Maharshi aclara el origen de las “Ocho Estrofas” de la siguiente manera. “Al día siguiente salí a dar la vuelta a la colina. Palaniswami iba caminado detrás de mí con un lápiz y papel. Ese día antes de volver a Virupaksha, escribí seis de las ocho estrofas. Al día siguiente llegó Narayana Reddi. Palaniswami habló con el acerca de los poemas y le dijo, ‘Dámelos enseguida y haré que los impriman’. El ya había publicado algunos libros. Cuando insistió en llevárselos, le dije que podía hacerlo y que publicara los once primeros versículos en forma de poema. Los seis versos restantes estaban escritos en una métrica diferente. Para completar las “Ocho Estrofas” compuse en seguida dos estrofas más y se llevó con él los diecinueve versos para después publicarlos”. Estos dos poemas brillan como un comentario divinamente inspirado sobre la Verdad que motiva e instruye a los buscadores.
40 Versos sobre la realidad
Los 40 Versos sobre la Realidad fueron escritos a petición de Muruganar, que quería un resumen conciso de las enseñanzas de Ramana, y quería 40 versos para adaptarlos a una forma poética hindú clásica. Ramana escribió los versos según le llegaba la inspiración, y Muruganar los dispuso en un orden determinado. Más tarde, Ramana escribió 40 versos adicionales, y los 40 versos originales fueron puestos como un suplemento de los 40 versos. Los 40 versos contienen una presentación breve y concisa de la enseñanza de Ramana sobre la no-dualidad y la práctica de la indagación.
Advaita, no-dualidad, Identidad, es la doctrina suprema. Jnana marga, el sendero del conocimiento, es el modo de acercamiento: la auto-indagación, "¿Quién soy yo?", es la técnica que Bhagavan enseñó para este sendero. No hay declaración más profunda y amplia de esto que sus "Cuarenta Versos sobre la Realidad" que aquí se ofrecen.
Las Cinco Gemas a Sri Arunachala
Bhagavan Sri Ramana nos enseñó que el único medio por el que podemos obtener la felicidad suprema del auto-conocimiento verdadero es atma-vichara —auto-investigación o auto-indagación— que es la simple práctica de escudriñar o prestar atención agudamente al ser auto-consciente esencial, que experimentamos siempre como «yo soy».
Sin embargo, él también describió esta práctica como la vía de la auto-entrega, debido a que no podemos prestar atención verdaderamente al sí mismo real sin abandonar el sí mismo individual falso.
Mediante estos versos Sri Bhagavan nos ha enseñado, por ejemplo, cómo debemos depender enteramente de Dios tanto en la vida externa, cuando la mente está activa, como en la vida interna, cuando la mente se está sumergiendo dentro de la profundidad del propio ser verdadero.
"No importa si no has comprendido el significado final de los incomparables cuatro Vedas; no importa si no has practicado ninguno de los cuatro Yogas glorificados por las gentes del mundo; no importa si no has adorado al Señor Vishnu o al Señor Siva; no importa si no has alabado a Devi, Ganapati o Subramanya. Si eres capaz de recitar (o reflexionar sobre el significado de) Sri Arunachala Stuti Panchakam, que es la vía principal de Upasana y la ambrosía de inmortalidad, y que fue cantado graciosamente con el corazón enternecido de amor por Sri Arunachalaramana, la incorporación de la Gracia y el Señor de los Munis, eso solo es suficiente, eso solo es ahora suficiente para hacer que obtengas el conocimiento: «Tú eres Eso» (Tat-Tavam-Asi)".
La autoindagación